El 11 de abril de 2002 fue el día de la burguesía, el fascismo e imperialismo. Se enseñorearon y asaltaron el poder político a sangre y fuego. Fue un Golpe de Estado cruento. Los francotiradores-mercenarios, traídos de El Salvador y Guatemala, masacraron al pueblo en las cercanías de Puente Llaguno, a poca distancia del Palacio de Miraflores. Fueron 19 las víctimas mortales y cerca de cien heridos. Derrocaron al Gobierno legal del comandante Hugo Chávez, pero el entusiasmo apenas les duró 47 horas. La unión cívico-militar los echó del mando mal obtenido y el 13 de abril el pueblo y su presidente estaban de nuevo en el palacio de gobierno.
Oligarquía y la derecha fascista e imperialismo recibieron una aplastante derrota histórica. Los cobardes huyeron, se refugiaron en embajadas promotoras del golpismo y algunos “periodistas”, anclas o presentadores de los canales golpistas, que solicitaron la captura “vivos o muertos” de dirigentes del chavismo, desaparecieron. Y uno hasta obtuvo el Premio Rey de España por mentir, primera vez que premian a alguien de los medios por tergiversar la verdad.
El Gobierno de los Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Portugal y algunos de América Latina y el Caribe auparon a los militares felones y a dueños de los medios de comunicación, la mayoría, entre impresos, radio y televisión, respaldaron al fascismo. Campañas interminables de sesgo y manipulación, mentiras y acusaciones sin fundamento inundaron los hogares venezolanos. La guerra mediática dio sus frutos. Diarios como El Nacional y El Universal titularon el 11 de abril en primera página: La batalla final será en Miraflores, mientras los canales de televisión dividieron la pantalla y en un pequeño recuadro insertaron la cadena nacional ofrecida por el presidente Chávez. La intención y el sesgo eran obvios.
Los medios de comunicación se confabularon con los fascistas y cubrieron todas las andanzas de los golpistas. El 12 de abril transmitieron en vivo la juramentación del dictador Pedro Carmona Estanga, hasta ese día presidente de Fedecámaras, lo acompañaron el jefe de la mafia de la CTV, Carlos Ortega, el Cardenal José Ignacio Velasco, vocero del Alto Clero, y dirigentes de los partidos AD, Copei, Primero Justicia y el MAS. Además estaban presentes en la ceremonia írrita de juramentación Marcel Granier (RCTV), y gerentes o dueños de Globovisión, CMT, Venevisión y de las emisoras de radio, incluyendo a Radio Nacional de Venezuela, cuyo presidente se infiltró y actuó a favor del golpismo.
Los días 11 y 12 de abril fueron nefastos, de luto, pero también de organización del pueblo para rescatar a Chávez. Y así se cumplió el 13 de abril cuando la unión cívico-militar tomó las puertas del Palacio de Miraflores y desde la alcabala 3 del Fuerte Tiuna pueblo y militares marcharon y se unieron por el rescate de Chávez y la democracia.
El fascismo y el imperialismo fueron derrotados ese memorable y heroico 13 de abril. El pueblo no olvida.
Mientras tanto, nuestra Revolución sigue en pie, enfrentando el bloqueo criminal y las Medidas Coercitivas Unilaterales (MCU) y desmantelando los planes terroristas del fascismo preparados con el mismo libreto de la CIA.
Prensa TSS