Este jueves 14 de julio se conmemoran 200 años del paso a la inmortalidad del Generalísimo Sebastián Francisco de Miranda y Rodríguez, insigne y destacado prócer independentista, considerado el primer venezolano más universal por su rol protagónico y decisivo en las luchas emancipadoras de los pueblos de su época frente a fuerzas dominantes.
Aunque partió físicamente hace dos siglos, sus ideales libertarios siguen vivos en la memoria de los pueblos para la eternidad, pues fue uno de los precursores en la promoción el concepto de unidad e integración de América como un motor para la lucha contra el imperio de su tiempo.
Filósofo, militar, ideólogo, político, pensador, humanista, revolucionario y líder de las causas justas, Miranda nació en Caracas el 28 de marzo de 1750. A la par de irse formando progresivamente en diversas áreas como la matemática, la filosofía y la geografía, así como el estudio de diversos idiomas, Miranda emprendió una travesía de América a Europa que lo llevó a formar parte directamente de tres acontecimientos históricos y políticos de gran valor para su época: la Revolución Francesa, que le vale el título de Héroe de la Revolución y Mariscal de Francia; la lucha independentista en Estados Unidos y la emancipación de América.
A Estados Unidos llegó en julio de 1783. Allí se mantuvo casi 18 meses y se dedicó a estudiar el proceso de la Revolución Norteamericana. En diciembre de 1784, se traslada a Inglaterra, siempre con el propósito de conseguir ayuda para independizar Hispanoamérica.
Entre 1785 a 1789 emprende un largo viaje por Europa para promover el apoyo a la lucha por la independencia de América, experiencia que plasmó en un conjunto de registros sobre sus vivencias y el Siglo de las Luces, por el que se le considera «el mejor memorialista de su tiempo».
En 1792, es designado mariscal de campo del ejército revolucionario de Francia y también Jefe del Ejército del Norte, bajo la guía del general Charles Dumouriez, en defensa de la revolución que se gestaba en la nación europea durante la guerra contra la coalición de Prusia y Austria.
Francisco de Miranda firma el acta de Declaración de la Independencia de Venezuela el 5 de julio de 1811 y con el rango de «Generalísimo», en abril de 1812, asume el cargo de Jefe Supremo de los Estado de Venezuela.
Luego de la pérdida de la primera República, en 1812, y una serie de acontecimientos, es encarcelado en un calabozo del Fuerte de las Cuatro Torres, en el arsenal de la Carraca. Allí fallece producto de una apoplejía que lo paraliza y causa su muerte el 14 de julio de 1816.
Su pensamiento sigue vigente y fue enaltecido por el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, quien en vida estudio y divulgó su pensamiento como ejemplo de libertad, justicia y equidad al igual que el del Libertador Simón Bolívar.
«Uno de los grandes retos que hoy tenemos los latinoamericanos y los caribeños es redescubrirnos, revalorizarnos, recreer en nosotros mismos, no es una exageración decir que Miranda brilló con luz propia en el mundo de entonces, desde La Habana hasta Moscú, desde Caracas hasta París, pasando por Turquía, Madrid, el norte de África, brilló con luz propia en el mundo entero y sigue brillando», expresó el líder socialista, quien pidió convertir el pensamiento del prócer en una faro que ilumine «los caminos, los horizontes que hoy estamos abriendo, estamos redescubriendo, estamos reconstruyendo, estamos retomando».
Durante el acto por el 225 aniversario del nacimiento de Miranda y la juramentación de la Comisión Presidencial para el Año Mirandino, celebrados el 28 de marzo de 2005 en Caracas, Chávez llamó a hacer justicia a la obra del caraqueño, pues «su estrella sigue brillando en el cielo de América, su llama hoy más que nunca sigue encendida en nuestros corazones, su palabra nos llama», en medio de la lucha por la independencia plena de América Latina.
«Dicen que Miranda murió en La Carraca, Miranda hoy está más vivo que nunca en todas partes y en Caracas», expresó Chávez.
Fuente: AVN. Corrección de texto: María Segovia/TSS
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